martes, 11 de septiembre de 2007

Relax

Hoy no tengo mucho que decir, salvo que me preparo para el invierno con conservas caseras aprovechando que las temporadas de frutas varias acaban. Me gusta recuperar viejas costumbres, me gusta que cada estación traiga sus frutas y no me gusta comprar frutas caras y malas fuera de temporada. En los mercados han aterrizado los higos y tengo que confesar que no los había probado. Sin embargo, esta vida mía de intrépida bloguera me ha enseñado a no amedrentarme ante lo desconocido y sin titubear le pedí a la dependienta medio kilo de higos. Ya surgirían ideas para darles salida. En el interesante blog de Chili und Ciabatta encontré una maravillosa receta de un chutney de higos que me atrajo especialmente y me puse sin dudarlo manos a la obra (aviso, está en perfecto alemán y tuve que batallar lo mío con el texto de la receta pero vale la pena) modificándolo a mi manera.

Mi gran problema a la hora de reconciliarme con las costumbres tradicionales es el problema de los bichitos esos, alias bacterias, que me obsesionan. A veces desearía que la palabra botulismo no se hubiera cruzado nunca en mi camino para no tener que cerrar temblorosa los botes pensando que mis regalos de navidad podrían diezmar a mi familia y amigos. Que si el baño maría, que si la esterilización de los botes, nada de eso me tranquiliza (son invisibles, están por todas partes!). No, no tengo mensaje tranquilizador ni truco infalible, ni siquiera el pH ácido de la preparación y su presencia a 50% de azúcar, suficientes para no dejar quisqui viviente en el bote, me tranquilizan.

Chutney de higos (con vinagre de módena)


500g de higos pelados cortados en dados
200g de azúcar moreno
200g de azúcar blanco
60 ml de vinagre de módena
2 cdc de gengibre en polvo
1 cdc de mostaza en polvo
2 limones (en zumo)
2 cdc de pimentón picante
sal y pimienta

Mezclar todos los ingredientes y dejar macerar en la nevera removiendo de vez en cuando durante toda la noche (os aseguro que no me levanté para removerlo...).

Poner en una olla en el fuego durante alrededor de una hora a fuego suave removiéndo de vez en cuando hasta que adquiera consistencia de mermelada (unida pero fluida que està caliente). Y luego ya sabéis, verter en bote esterilizado (15 min hirviendo con garbo) y hacer el baño maría (20 min, yo en la olla a presión para que adquiera más temperatura).

4 comentarios:

Gemma dijo...

Quan dius que no havies provat les figues, què vols dir exactament? No n'havies menjat mai o no els havies cuinat mai???? Estan boníssimes i són molt versàtils a la cuina!

Carlos dijo...

Maravillosa receta, coincido contigo en recuperar viejas costumbres.
Un saludo cordial

Anónimo dijo...

Muy buena receta. Parece que nos ha dado a todos por hacer conservas. Otra oportunidad para usar el jengibre. La probaré

c de cocina dijo...

Que buena pinta... también tengo pendiente el chutney de tomate. A ver cuando tengo tiempo... Saludos. Felicidades por tu web.