viernes, 29 de junio de 2007

auto_CON_trol

Hay quien se adelgaza en cuanto se despista, a mi eso no me pasa. De manera que, ahora que necesito algo dulce para sobrellevar ese impass en el trabajo, me he propuesto autocontrolarme y no comerme todas las galletas sin darme cuenta, picoteando todo el día, que es lo que me suele pasar. He hecho cookies, las he dejado enfriar y las he puesto en una caja metálica... No es una gran receta, no es un gran descubrimiento, es sólo mi día a día... Estoy realmente extrañada por como estoy sobrellevando la incertidumbre del trabajo, de como me está dando tiempo para interesarme por otros proyectos pero esta inestabilidad en cierto modo bloquea algunas realizaciones y necesito, ahora ya, que el río vuelva a su cauce. Eso sí, sin desbordamientos... que ya nos conocemos.


Cookies para que el río vuelva a su cauce


200g de harina
125g de mantequilla
1/2 bolsita de levadura en polvo
azúcar avainillado
100g azúcar moreno
1 huevo
pepitas de choco
2 cdp* de miel
1 pizca de sal

*cdp: cucharas de postre

Se mezclan en un bowl, la harina con el azúcar moreno, el azúcar avainillado, la sal y la levadura en polvo.

Por otro lado se mezcla la mantequilla fundida con un huevo batido (como para tortilla) y la miel. Se incorpora la mezcla al bowl y se mezcla.

Se incorporan también las pepitas de chocolate (en este punto no voy a mencionar cantidades) y se sigue mezclando hasta que queden bien repartidos y la masa absorba toda la harina del bowl. Precalentar el horno a 210º. Luego, para que las galletas quedasen más regulares, hice un rollo, un cilindro con la masa y fuí cortando las galletas con si fueran lonchas de aprox 1cm de grueso.

Las colocamos en la placa del horno, separadas entre sí porque crecen (si necesario usar dos placas), y las dejamos durante 10 min.


La próxima vez les añadiré avellanas y pasaré el azúcar avainillado por el minipimer para hacerlo más fino (en la foto se ve que el azúcar blanco no se ha diluido). Y si las colorase en verde y les pusiera pepitas de choco blanco? Esto no parará nunca, lo sabéis?

miércoles, 27 de junio de 2007

Multitasking (...voy volaaando, a toda prisa...)

No, si cuando las cosas se juntan, se solapan pero bien. Mi proyecto de ceviche se quedó en tartare porque no hubo tiempo. Y encima mi padre, un poco gruñón cuando quiere, protestando porque la pasta de arroz estaba un poco dura (esto no sé, es la primera vez que la utilizo y la verdad, voy a tener que planteármelo). Aunque me dio tiempo a arreglarme y salir pitando despues de una minisobremesa. Por el resto, un plato bastante rápido aunque requiere dedicación exclusiva que ya viene siendo todo lo que piden todos los platos y que intento esquivar siempre que puedo con el fin de realizar tareas en paralelo, negándome mi propia naturaleza secuencial. El resultado, pues ya os lo podéis imaginar, la mayoría de las veces: no comments. Esta vez en concreto, tratándose de tender lavadoras y arreglar cocinas empatanadas a más no poder, estoy extrañadísima de como se comportó mi limitadillo multitasking...

Ceviche Tartare de carabinero envuelto con su risotto

8 carabineros grandes
1 taza de arroz arborio (este es especial risotto pero cualquier arroz bomba debería resultar)
4 hojas de arroz
1/2 lima
1/2 cebolla mediana-pequeña (ya sabéis, a ojímetro)
1,5 l de fumet (el caldo de pescado mejor si es nuestro, lo podemos congelar en cubitos)
1 cdp* de mostaza antigua (la de los puntitos)

sal, pimienta, brandy (ese para cocinar) y aceite

*cuchara de postre

Tartare de carabinero

Para empezar, arreglamos los carabineros. Primero les arrancamos la cabeza, de cuajo, que reservamos. Luego pelamos las colas y las habrimos por arriba para sacarles las tripas esas que les recorren la espina dorsal. Los cortamos menudos a cuchillo. Los salpimentamos, les hechamos el zumo de media lima, el chorrito de aceite y la cucharadita de mostaza antigua. A la nevera.

Risotto

Ponemos a calentar el fumet. Very important point: tiene que estar siempre caliente, ver hirviendo, para que cuando lo vayamos incorporando al arroz no interrumpamos la cocción.

Picamos la cebolla menuda y la sofreimos en la olla del risoto. Cuando esté doradita, tiramos el arroz y le damos unas vueltas.

Al mismo tiempo, pasamos las cabezas por la sarten a fuego fuerte y las regamos con un chorrito de brandy. Cuando se haya evaporado vertemos un cuacharón de fumet y apagamos el fuego. Lo echamos sobre el arroz a través de un chino. Prensamos bien las cabezas para que suelten todo el jugo.

A partir de ahí, removemos el arroz a menudo para que suelte el almidón y vamos añadiendo el fumet a cucharones a medida que el líquido se va absorbiendo. Hay que vigilarlo de cerca, ojo con la multitarea, que se pega, se quema y sabe mal (una que lo sabe).

Et voilà!

Seguí las intrucciones del paquete de la pasta de arroz. Puse en remojo con agua caliente la pasta haste que se quedó blanda, la sequé entre papeles de cocina y las rellené a modo de nems (enrollándolos con los laterales doblados hacia adentro).

En un molde circular, ponemos el risotto sobre el plato y los rollitos al lado. Mezclamos la ralladura de lima con el aceite (podría haber infusionado con un poco de temperatura pero no hubo tiempo) y ponemos un poco sobre el canelón. Listos!


lunes, 25 de junio de 2007

Ponle curry a tu vida

Esta es la historia de dos recetas encontradas por la red en las que no aparecía el curry por ningún lado y de como incorporaron en su composición el polvo color cobre dorado objeto de este post...

Mis papilas visuales estimulan irremediablemente mi imaginación. Los libros de cocina que más me atraen són aquellos repletos de imágenes impresionantes (a excepción de los clásicos y los de técnicas, aunque si tienen buenas fotos mejor). Lo confieso, poco me importa, en los casos de "coup de coeur" (= flechazo, diría yo), la calidad de las recetas y la precisión de las explicaciones, soy experta en hacer todo lo contrario. Cuando me da vueltas por la cabeza un ingrediente, todas las recetas con las que me encuentro acaban pidiendo ese ingrediente. Y mi nueva inquietud es el curry. Aunque no sólo la mía (no soy rara), en la página del cocinero Olivier Roellinger he notado tambien cierto interés por las especias... Mmmm... la Bretagne. Ya que mi experiencia gastronómica estelar es más bien parca, incluso en España, me toca mantenerme al día a través de la red, imaginándome olores, vapores y sabores...de un recién galardonado del triestrellato.


No soy una experta o sibarita del producto, ni mucho menos, pero me introduciré poco a poco en esta especia, informándome y saboreando el proceso, lenta y progresivamente. Fundamentalmente, se que existen más tipos de curry que de paellas y eso ya por si mismo me tiene alucinada. Varía la mezcla, el color (existen currys rojos y verdes!), los sabores, la textura (pasta o polvo)... Me traje curry de Zanzibar pero me da la impresion que era apto sólo para turistas porque me sabe exactamente igual que el del tarrito de cristal que compro en el súper. Lo cual me parece una casualidad de lo más extraña ya que se trata de una mezcla de varias especias (según Wikipedia "ají, albahaca, alcaravea, azafrán, canela, cardamomo, cebolla seca, celería, cilantro, comino, cúrcuma, fenogreco, jengibre, mostaza, nuez moscada, pimienta de cayena, pimienta, tamarindo") de manera que por lo menos deberían variar las proporciones... En los próximos viajes (y pongo a dios por testigo que los habrá), recogeré especias del mundo! Aunque me cueste una discusión con S., que insiste en que ya no nos caben más bolsitas y tarritos en el armarito de las especias...


So, let's go for a couple of currys!

Ensalada toque oriental





1 pechuga de pollo
1 manzana (propongo Golden)
20 cl leche de coco
1 puñado de mezcla de lechugas (me encanta el toque apimentado de la rúcula)
1 dado de mantequilla

aceite, sal, pimienta, cebollino, menta y curry
Primero se corta la pechuga de pollo a dados de 1-0,5 cm aproximadamente. Se doran con poco aceite de oliva en una sarten por todos sus lados. Se reserva.

Se pica un poco de cebolla (yo la paso por la cuchilla hasta que queda como puré) y se sofrie lentamente en una sartén con mantequilla (el objetivo es realzar el sabor dulce de la cebolla pero sin añadir azúcar). Es cierto que una cebolla se puede pasar 2 días tranquilamente en una sartén a fuego extremadamente bajo soltando todos sus aromas y mejorando el resultado hasta lo inmejorable, pero, este no es el enfoque que tiene el plato. Entonces, fuego a regular según el tiempo disponible y adelante.
Añadimos la leche de coco, sal, pimienta y curry. Removemos bien. Añadimos los dados de pollo fritos y dejamos que haga chupchup. La salsa se reduce hasta que queda una textura espesa.

Ahora cortamos la manzana transversalmente en lonchas finas sin quitarles la piel. Calentamos aceite en una sartén y las freimos. Al sacarlas de la sarten, las colocamos sobre papel absorbente.

El montaje del plato, como siempre, en altura, desafiando la gravedad y complicando el transporte a la mesa. Apilamos capas de manzana frita y de pollo en el centro del plato. Colocamos la mezcla de lechugas alrededor que aliñamos con una mezcla de aceite, sal, pimienta, cebollino y menta previamente pasados por la batidora. El toque fashion: espolvoreamos un poco de curry por los bordes del plato.




Bueno, está claro que todo lo bueno es mejorable. La textura de la manzana no me pareció concluyente. Tendría que probar de hacer chips de manzana que le aportarían crujiente aunque no quiero hacerlo con base de azúcar para no caer en algo empalagoso. Ah! por cierto, esta receta era originariamente de patatas con pollo.



Solomillo dorado para un dia gris



1 solomillo de cerdo
2 rodajas de piña en almíbar
10 cl almíbar de la piña
20cl de leche de coco
1 manzana
1 puñado de sésamo

1 vasito de couscous
6 uvas pasas
30g de almendra en polvo
10cl de crema de leche (propongo ligera)

aceite, sal, pimienta, curry y canela

Esta parte se puede preparar con anterioridad. Doramos el solomillo entero en una sartén, a fuego animado, poco rato, con el fin de crear una capa que retenga los jugos en su interior. Dejamos enfriar. Posteriormente lo untamos con yema de huevo y lo rebozamos de sésamo. Se envuelve en film y se guarda en la nevera.

A partir de aquí, hay que hacerlo al momento. Para la salsa, pasamos por el minipimer la manzana, la leche de coco y el almíbar de la piña. Se pone en una sartén y se calienta la mezcla. Cuando esté caliente añadimos sal, pimienta, curry y canela. Es importante probar la salsa para tener una idea del grado de sabor que está adquiriendo. Se deja reducir hasta que adquiera una textura suficientemente espesa.

Sacamos el solomillo de la nevera y lo ponemos al horno 10 min a 160º.
Por otro lado en una sarten ponemos un chorrito de aceite, la crema de leche, el couscous, el polvo de almendras y las pasas y removemos para que se caliente el conjunto.

En el último momento marcamos las rodajas de piña en la sartén a fuego vivo.
Para presentar esta amalgama. Con un molde cilíndrico, montamos el montoncito de couscous. Ponemos la piña en el plato y encima el trozo de solomillo cortado "al bies" (no lo sé expresar de otro modo, que poca agricultura!). Acabamos rociando con la salsa.

Este plato se inspira en una receta de Damien Germanier. Como véis, entre el curry y yo, este puede ser el principio de una gran amistad.

viernes, 22 de junio de 2007

Con_ectando: #HEMC 12

Y mira que me dije a mi misma que no titularía todos los posts empezando por el CON_ pero, es que no lo he podido evitar, este no me lo podía sacar de la cabeza. Un dos, un dos, probando.
Acabo de empezar con esto del blog y ya me pongo a participar en el HEMC! Pero es que tampoco esto lo podía dejar pasar, en casa nos encanta la berenjena y no pasa semana que no la utilice en algún plato (normalmente en pizza, rellenas...). De manera que me he puesto a pensar para proponer algo original y ha salido esto. Para darle más pisto al plato lo he montado en forma cilíndrica, pero no os dejéis engañar, este plato es de lo más simple. A por cierto, otra receta del día anterior, que últimamente no me reconozco con tanta previsión...



Hachis frío de pavo y berenjena (como un pastel de carne pero en frío, vamos)




baba ghanush (o lo que yo llamo en casa hummus de berenjena)

1 berenjena maja
1/2 limón en zumo
1 diente de ajo (sin corazón, que desalmados...)
1 cucharada de Tahine (pasta de sésamo típica en la cocina árabe)

confit de cebolla (ups..., lo he comprado...)

2 lonchas gruesas de jamón de pavo (el más natural que encuentro en la charcutería, normalmente Frial®)
1 cucharadita de hierbas de provenza

sal, pimienta, aceite y pimentón dulce

Para empezar, el día antes, el paté de berenjena. Las berenjenas se pueden freir aunque yo prefiero hacerlas cortándolas por la mitad, marcándolas en rejilla, salpimentando, un chorrillo de aceite y al horno a 180º el tiempo que necesiten. Cuando la pulpa se ve cocida, se sacan del horno y se dejan enfriar un poco. Luego, se separa la pulpa de la piel con un tenedor (aunque se puede hacer el puré directamente sin quitar la piel, cap problema) y lo introduzco en el vaso de la batidora. Añado el zumo de medio limón, el ajo desalmado, un chorrito de aceite y a que trabaje la cuchilla. Se corrije de sal y pimienta si necesario y se añade un poco de agua si quedase demasiado espeso. Aunque ojo, debido al montaje final necesita un poco de cuerpo. Cuando lo hago para untar lo dejo más cremoso. Hecho esto a la nevera una noche para que se realcen más los sabores.

El pavo, fácil: cortar a daditos, salpimentar, añadir las hierbas de provenza, un chorillo de aceite y listos.

El montaje, vistoso, siempre todo hacia arriba. Todo frío de nevera. Empieza por poner el pavo a daditos en la base del molde, encima una capa de confit, seguido de la capa de baba ganush. Se marca sobre el paté de berenjena un surco que se rellena de aceite de oliva y se corona con un punto de pimentón para darle un look de auténtico restaurante árabe y listos.


La crítica: a S. le pareció un poco dulce. Eso me pasa por comprar el confit, la próxima vez lo hago en casa y así no me paso de azúcar. Por el resto, OK.

jueves, 21 de junio de 2007

Con_tradiction Cheesecake

Contradiction, me explico, porque no entiendo que me impulsó a hacerlo. Lo llevé al trabajo por mi cumpleaños donde no me siento ni a gusto ni apreciada, a S. no le gustan ese tipo de pasteles... Sin embargo, aprovecho la ocasión para presentar un lemon cheesecake ahora que este tipo de pasteles tienen tanto éxito por la blogosfera culinaria (esta receta en particular se inspira en los cuisine-blogs franceses).

Nunca he probado un verdadero american cheesecake (ni siquiera en esos locales en que venden el café al triple de su precio y sobre los cuales no voy a hacer publi) de manera que desconozco la textura y el sabor perfectos, eso no quita que voy a fiarme de mi paladar para hacer la crítica. Corren por la red diversas recetas y personalmente me decanto por la simplicidad. Huid de la harina, claras a punto de nieve y otras ideas estrafalarias, siendo este mi segundo cheesecake, concluyo que con la receta más simple se obtiene el mejor resultado.

El cheesecake quedó firme pero cremoso y salvo por el detalle de las galletas que quedaron un poco remojadas (no acabo de entender la naturaleza de este fenómeno, la próxima vez intentaré cambiar de marca de galletas) he quedado bastante satisfecha del resultado. De manera que no me ando más por las ramas y aquí dejo la receta. Aviso, este es un pastel del par de días antes… vamos que hay que organizarse y prepararlo con un par de días de antelación. Y es que por estos tiempos que corren, hay que reconocer que la cocina pone a prueba nuestra paciencia…


Lemon Cheesecake

Pastel
200g de galletas Digestive®
4 cucharadas soperas de mantequilla fundida700g de Philadelphia®
120g de azúcar
3-4 limones (ralladura de 2 limones bien lavados + 150mL de zumo de limón)
4 huevos

Lemon Curd
4 limones (zumo + ralladura)
150g de azúcar
1 cucharada sopera de maizena

Empezamos por la base del pastel. Las galletas se pueden romper a mano, con la mano de mortero o en la batidora con el resultado de diferentes tamaños en los trocitos. En este caso, las metí en un bol y las aplasté con el mortero. Después, se añade la mantequilla fundida y se mezcla todo bien. En un molde de bizcocho desmontable, si no es antiadherente untadlo con mantequilla, se introduce la mezcla y se prensa bien con la ayuda de un vaso. Aquí también dos posibilidades, se colocan las galletas únicamente en el fondo o también por las paredes para cubrir el lateral del pastel que es lo que hice yo, estimando a ojímetro la altura que alcanzaría el relleno, por supuesto.

Se coloca el montaje en el congelador mientras se prepara el relleno. Se precalienta el horno a 160º.

Lo siguiente es el relleno. Yo lo hago todo a mano aunque la tecnología siempre puede ser un buen recurso, a veces incluso indispensable. De manera que hay que ponerse con las varillas a ablandar el queso en un bol para luego ir añadiendo el azúcar, el zumo de limón y la ralladura progresivamente. No hace falta que sea Philadelphia®, se puede mezclar con otros quesos cremosos como el Ricotta o directamente sustituirlo por otro… Valientes! A experimentar! Finalmente, incorporamos los huevos uno a uno sin batir demasiado pero asegurando que se han mezclado correctamente con el queso.

Sacamos el molde del congela, incorporamos el relleno y lo dejamos 1H a 160º. Mis observaciones son que el relleno sube y sube y luego hay que dejar que se enfríe lentamente dentro del horno para que baje sin agrietarse la superficie. Yo lo dejé toda la noche y a la mañana siguiente: a la nevera, que tiene que reposar 24H.

Por la mañana preparé el lemon curd para cubrir el pastel. En un cazo ponemos el zumo, la ralladura, el azúcar y la maizena y con mis grandes amigas las varillas lo batimos todo bien y empezamos a calentarlo a fuego bajo. En un bol, batimos los huevos (como si fueran para tortilla) y en cuanto los tiramos en el cazo subimos el fuego y no dejamos de remover ni un minuto hasta que empiece a espesar. Retirar del fuego y dejar enfriar a temperatura ambiente. Cuando esté frío, cubrimos el cheesecake con el lemon curd y pastelillo anglosajón a la nevera hasta mañana. El resto del lemon curd lo metí en un bote de cristal y a la nevera, que ya se me ocurrirá algo para darle salida.

Muchas gracias Loukoum por tus fabulosas recetas y por haberme hecho descubrir el mundo del cheesecake!

Este mi primer blog de este mi primer post (o era al revés....)

Y como no, al ser novata en esto pues aquí pongo un mensaje de prueba para cambiar formatos y ver que pasa mientras trafico un poco con todo esto...

miércoles, 20 de junio de 2007