domingo, 11 de noviembre de 2007

Vida personal vs vida profesional: encontraré el equilibrio?

Por fin, he logrado sentarme delante el ordenador para volver a escribir. Y es que desde que he empezado mi nuevo trabajo y el máster, no he parado ni un momento. Tengo mi cuenta corriente de sueño en números rojos y tensión acumulada de tres años en tres semanas. Lo cierto es que la conciliación de mi vida profesional y personal me resulta cada vez más complicada y cuando pienso en la posibilidad de la cigüeña se me hace un nudo en el estómago. En Alemania, a las madres que trabajan las llaman madres cuervo, en Holanda en Estados Unidos se crean movimientos que promulgan el retorno de las mujeres al hogar. Ayer, en un artículo de El Pais se exponía que un 30% de las mujeres que llegan a puestos directivos abandonan el cargo por motivos familiares. No creo que ni a un 1% de los ejecutivos hombres les suceda esto. Despues de tanto trabajo, esfuerzo y perseverancia para llegar a un puesto de responsabilidad me parece una cifra más que significativa para que las empresas se replanteen la conciliacion, coexistencia o como se le quiera llamar de una forma seria ya que se arriesgan a dejar escapar grandes oportunidades cuya fuente es el talento femenino. Creo que el fenómeno se podría comparar al de la fuga de cerebros.

El problema es que nosotras debemos elegir cuando ellos no tienen porque hacerlo, más allá de nuestro instinto maternal (condicionante natural que me parece valioso y contra el que nunca me revelaría) es la cultura que nos va en contra, la culpabilidad junto a la falta de maridos con vocación "at home" lo que nos impide elegir. O a caso no tememos todos en mente al "self made man", dueño de un imperio, trabajando más horas que el reloj y padre de una familia "feliz"? Esta figura no tiene reflejo femenino y es la competencia desleal a la que nos enfrentamos las mujeres que queremos tirar ambas facetas de nuestra vida hacia delante y en paralelo y que no podemos asistir a reuniones a partir de las siete de la tarde. He tenido que oir algunas frases como: que de este modo mejor, los niños ya están bañados y cenados cuando llegue a casa.

Soy consciente de que a corto plazo no hay solución fácil y generalizada, sin embargo espero que en el futuro el compartir de forma equilibrada las responsabilidades paternales en una sociedad más intelectualizada que animalizada (lo digo por lo del instinto) favorezca la igualdad de oportunidades y la tendencia hacia un modelo de conciliación. Pero si no pudiesemos llegar al mundo perfecto de la conciliación, al menos, si en algún momento hubiera que elegir, que el género no suponga una limitación en cuanto a las opciones.

Langostinos con risotto a la lima y gengibre (porque cuando los sabores encajan no hay más que decir....)


5 o 6 langostinos
1 chorrito de brandy
1 tacita de arroz
1/2 litro de caldo de pollo
1 lima
1 cdc de gengibre
1 chorrito de nata líquida
50g de parmesano rallado
sal, escamas de sal, aceite y pimienta

Poner el arroz en un cazo con aceite y darle un par de vueltas. Añadir el zumo de una lima, su ralladura, el gengibre, un poco de pimienta y la sal. A partir de ahí, técnica risotto tradicional añadiendo el caldo de pollo caliente, cucharón a cucharón a medida que el arroz lo va absorbiendo y removiendo. Al final, añadir el chorrito de nata y el parmesano.

Para los langostinos, vuelta y vuelta en la sartén con un poco de aceite y con chorrito de brandy al final que famblearemos. Servirlos con unas escamas de sal por encima.

Esta es una receta fácil, de las que estoy haciendo últimamente, sin grandes complicaciones... Y aunque baje el ritmo de posteo, sigo con el blog.