Incursiones por el lejano oriente
Gyozas (once again my way)
Se mezcla la carne con la manzana, el gengibre, la cucharadita de aceite de sésamo (si os gusta poned más pero a mi me parece un sabor bastante fuerte) y un chorrito de salsa de soja. Creo que son más tradicionales la col, la cebolla y los langostinos pero yo es que soy muy mía.
Mis raviolis eran cuadrados de manera que con la ayuda de un vaso los corté y los fui rellenando con la masa anterior. Al doblarlos, el borde de un lado queda plano y el otro se plisa para que queden tal y como veréis en la foto de abajo en la que están crudos.
En una sartén, se pone un chorrito de aceite y se colocan los raviolis en fila apoyados los unos en los otros. En cuanto se frien de un lado se les da la vuelta (yo para asegurar el tiro lo he hecho con un plato como si fueran un tortilla, los recursos de siempre vamos) y cuando estén del otro lado se añade una tacita de agua y se tapa la sartén para que se cuezan al vapor. En cuanto se vuelve a oir chiporrotear el aceite se retiran. Ya están listos.
La salsa, pues hay miles de combinaciones y seguro más acertadas que la mía. Ahora, eso si, yo os puedo decir que la mezcla de aceite de oliva con salsa de soja me ha encantado. Claro que el aceite que he puesto es fuertecillo porque para mantenerle el pulso a la salsa de soja...
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