martes, 14 de agosto de 2007

Incursiones por el lejano oriente

Quien no siente curiosidad por la cocina oriental? La verdad, constituye un mundo a parte tanto por los productos como por las técnicas y me parece de lo más inspiradora. Es cierto que la encajonamos sin pararnos muchas veces a analizar su gran diversidad y riqueza pero estoy sensibilizada y dispuesta a dejarla entrar en mi cocina (si ella se deja claro está).

Las gyoza son unas pequeñas enpanadillas originarias de china muy pero que muy fáciles de hacer y bastante resultonas como veréis. En Japón se fríen en la plancha y en China se hacen al vapor y además he podido observar que la manera de doblarlas es diferente. Bueno, la receta que yo he adulterado es la japonesa (por las peculiaridades de mi querido S. fundamentalmente) aunque algún día me cargaré también la tradición milenaria china intentando imitarla. ;-)

Gyozas (once again my way)


1 paquete de masa wonton (de venta en los hipers orientales congelados)
300gr de magra de cerdo picada (2 veces)
1 manzana
gengibre en polvo (o rallado más mejor)
1 cdp de aceite de sésamo
salsa de soja oscura
aceite de oliva

Se mezcla la carne con la manzana, el gengibre, la cucharadita de aceite de sésamo (si os gusta poned más pero a mi me parece un sabor bastante fuerte) y un chorrito de salsa de soja. Creo que son más tradicionales la col, la cebolla y los langostinos pero yo es que soy muy mía.

Mis raviolis eran cuadrados de manera que con la ayuda de un vaso los corté y los fui rellenando con la masa anterior. Al doblarlos, el borde de un lado queda plano y el otro se plisa para que queden tal y como veréis en la foto de abajo en la que están crudos.

En una sartén, se pone un chorrito de aceite y se colocan los raviolis en fila apoyados los unos en los otros. En cuanto se frien de un lado se les da la vuelta (yo para asegurar el tiro lo he hecho con un plato como si fueran un tortilla, los recursos de siempre vamos) y cuando estén del otro lado se añade una tacita de agua y se tapa la sartén para que se cuezan al vapor. En cuanto se vuelve a oir chiporrotear el aceite se retiran. Ya están listos.

La salsa, pues hay miles de combinaciones y seguro más acertadas que la mía. Ahora, eso si, yo os puedo decir que la mezcla de aceite de oliva con salsa de soja me ha encantado. Claro que el aceite que he puesto es fuertecillo porque para mantenerle el pulso a la salsa de soja...

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