domingo, 24 de mayo de 2009

una mañana en el museo, una cena sin fotos y un postre decadente

El sábado estuve en el taller de postre de autor del Museu de la Xocolata con un motón de gastrobloggers, lo que de alguna manera me hace sentir que no soy tan friki y que comparto mi afición con otras personas. Basicamente se trataba de emplatar un sablé al cacao, una crema de chocolate blanco y una salsa de chocolate negro. Dejo algunos ejemplos y fotos del encuentro.




Me quedo asombrada cuando en los blogs veo fotos de los platos servidos en cenas con invitados. A mi no me da tiempo. Me tengo que organizar para servirlo todo rápido y mantenerlo caliente, que no se seque, que quede bien presentado y que esté riquísimo. Me ocurre muy a menudo que los invitados me tienen que esperar porque no me he sincronizado 100% con su llegada y de verdad que me resulta imposible dedicarme a fotografiar los platos. Por ello, sintiéndolo mucho, sólo puedo ofrecer las fotos de las sobras. Pero es que además, lo que es sobrar sobró poco de manera que ni rastro de hojaldre con escalivada y salsa romesco, ni rastro de langostinos al curri tailandés con pasta, sólo puedo ofreceros fotos del cheesecake de vainilla que serví de postre... Ah! El pan era casero, con masa madre y un montón de agujeritos. Le voy pillando el truco, pronto le dedico un post (soy consciente de que estoy creando expectativas, espero poder colmarlas luego... pero el mundo del pan es de lo más adictivo).


Vanilla cheesecake


200g de Philadelphia
1 huevo
25g de mantequilla
75g de galletas tipo maría
30g de azúcar
1/2 vaina de vainilla

Aplastar las galletas y mezclarlas con la mantequilla con los dedos. Mezclar el queso con el azúcar y añadir las semillas de la vaina de vainilla. Añadir el huevo con cuidado para no incorporar aire.

Colocar las galletas en el fondo de un molde para madalenas y prensarlas con el culo de un vasito. Verter por encima la mezcla de queso. Hornear 20min a 150º. Dejar enfriar una noche en la nevera (gana sabor). Servir acompañado de cobertura de chocolate negro para culminar la decadencia...

domingo, 10 de mayo de 2009

Lo que ocurre cuando no me sale algo...

He pasado un par de semanas de inapetencia blogosférica. Cuando llega el finde, me encierro en mi cocina para llevar a cabo intentos que acaparan mi energía y no me dejan tiempo para postear. El reto que me lleva de cabeza es el pan, con masa madre, con tiempo de levado largo, con auténtico sabor de pueblo y una consistencia que la gravedad atrapa. Ha resultado no ser fácil acertar la textura, los tiempos, la manipulación y me tiene enganchada, fascinada por la magia vulgar que encierra el mundo rutinario que nos rodea. En mi nevera hay ahora un tarro que encierra la vida adormecida de las pequeñas levaduras que hacen crecer la masa transformándola en una esponjosa red que captura aire.

Pero no, aún no voy a postear receta de pan, porque aún no la tengo dominada y esperaré a conseguir los resultados que ando buscando antes de lanzarme a escribir. Sigo trabajando en ello aunque mientras no lo consigo, un entrante con toques autóctonos que hice para cenar, ayer, y que no tuvo éxito ninguno entre el más joven comensal. Supongo que la textura del bacalao no es apta para niños... Gran exigencia la de las personitas.


Bacalao con patatas al caliu y romesco

250g bacalao desalado (creo recordar esta cantidad pero como lo hago todo a ojo...)
4 patatas medianas
4 tomates
1 cebolla
1 cabeza de ajo
200g de almendras crudas
4 ñoras (o pimientos choriceros)
1 puñado de germinados (en mi caso alfalfa, no os cuento el cachondeo en la mesa...)
aceite del bueno
sal y pimienta

Poner en el horno patatas, tomates, cebolla y la cabeza de ajos envuelta en papel de plata durante 45min a 200º. Dejar enfriar un poco. Mientras, tostar las almendras crudas en la sartén. Poner las ñoras en remojo con agua tebia 5min y extraer la pulpa rascando con un cuchillo.
Por un lado, hacer un puré de patatas con el tenedor poniendo la patata y la cebolla. Salpimentar y verter un buen chorro de aceite. Para el romesco, poner el resto de los ingredientes en la batidora con un buen chorro de aceite, sal y pimienta.
Finalmente, montar el plato con las siguientes capas: puré + romesco + bacalao + toque de germinados. Listo, rico, con aires de terruño y una buena presentación.